A modo de esconderme del corazón...

Capítulo 20

El silencio en la casa era evidente, sabia que Jonathan estaba dolido y enojado, tal vez era mi culpa, como siempre lo es cada vez que tenemos problemas, siempre yo soy la que comete los errores y el que sale herido es el, lo cual me duele muchísimo pero aún así sigo cometiendo errores sin tener en cuenta todas las consecuencias que eso puede traer.
Pasó mucho rato hasta que volví a saber que Jonathan estaba vivo, no alcancé a entrar a ver que sucedía cuando escuché la puerta de su habitación, sentí como bajó las escaleras rápidamente y salió de la casa. No quise salir a buscarlo porque tal vez él necesitaba tiempo para pensar las cosas que e estaban pasando y era algo que no se podía solucionar fácilmente, lo único que pasó por mi cabeza en ese momento fue escuchar música de el mp3 que mis papás me habían regalado y llorar hasta quedarme dormida, y así fue lloré tanto que hubo un momento en el que ya no me acuerdo de que sucedió hasta el día siguiente.
Me levanté como si nada, pasé el día triste y con ese sentimiento de soledad que es horrible pero aún así tienes a todos pendientes de ti. Todos en el colegio me preguntaban que había pasado pero yo solo guardaba silencio y decía un triste "nada" para evitar comentarios de mis amigos, las clases pasaron lentamente pero yo solo quería seguir llorando hasta quedar limpia de todo lo que sentía pero en ese momento y ese lugar no podía. Pedí permiso para ir a baño, necesitaba un poco de agua en la cara para ver si podía pasarme todo lo que estaba sintiendo, lo único que pude hacer apenas llegué al baño fue sentarme en el suelo a llorar hasta que sonó el timbre, escuché voces y sabía que iban para el baño así que me levanté rápidamente, me lavé la cara e intenté salir pero las niñas que iban a entrar eran mis amigas, al ver mi cara roja e hinchada se dieron cuenta de inmediato que llevaba media hora llorando, me abrazaron y me dijeron que si me sentía bien, al instante salieron con preguntas que ya me esperaba, lo primero que preguntaron fue "¿que pasó con Jonathan?", "¿están teniendo problemas?", ¿porqué no nos cuentas? Somos tus amigas y estamos para apoyarte", en ese momento las abracé y lloré hasta cansarme, ya estaba tan roja y tan hinchada que ya no parecía yo. Salí del baño acompañada de ellas y fui a comer algo para no sentirme tan mal, hablé con ellas y todo se calmó.
Al final del día ya me sentía un poco mejor pero aún así sentía ese dolor ahí, haciéndome sufrir, así que me fui rápido a casa y al llegar no había nadie, era un silencio aterrador y mucho más con lo que estaba sintiendo, subí las escaleras y escuché que alguien estaba en mi habitación, probablemente mi mamá necesita algo mío y halla entrado a buscarlo, era lo mas razonable en ese momento pero pensé mal. Cuando abrí la puerta Jonathan estaba sentado en la cama, mirándome, pero no de manera tierna y cariñosa sino con una mirada de dolor y arrepentimiento, yo no quería mas peleas, no quería mas dolor, no quería mas sufrimiento, el y yo nos amábamos y los dos cometímos muchos errores pero juntos sabíamos que somos humanos y no somos perfectos.  
No sabía que decirle, solo me quedé mirándolo apoyada de la pierna, el extendió sus brazos y me hizo una cara de "abrazame por favor, lo primero que hice fue acercarme a el y abrazarlo, el me abrazaba con fuerza, como si fuera su mamá, como si no me hubiera visto hace meses o incluso años y eso me hizo sentir mejor, sentí una gran seguridad a su lado, sentí como si eso no hubiera pasado, sentí como si las todo lo malo que había pasado desapareciera.

A modo de esconderme del corazón

Capítulo 19

Jonathan parecía un bebé, tan indefenso, tan "pequeño", a pesar de ser un hombre grande solo me demostraba lo contrario con sus actitudes. Aún se veía terrible y ya le había hecho una curación, tal vez como esta fue de mala gana no me quedo bien. El odiaba verme triste, verme sufriendo, y mas por su culpa, por alguna falla que él había cometido.
Le pedí que se devolviera a su habitación que hablábamos bien en la mañana porque tenía mucho sueño, mucho dolor de cabeza y mucho mal genio todavía, a pesar de que entrara a mi habitación y me hiciera llorar de la forma en que lo hizo. Cuando salió me puse a pensar en que querría Diego, para que me necesitaba? Tenía que esperar hasta las 3 de la tarde para saber la respuesta pero para mi era imposible esperar hasta esa hora. Cuando me levanté tenía a Jonathan con un desayuno y una rosa parado frente a mi cama, fue muy lindo que lo hiciera pero eso no quitaba que hubiera hecho un show que me dejo perpleja.
El día pasó y el reloj marcó las 2 de la tarde, me preparé para salir a ver a Diego y saber que era lo que sucedía pero antes de salir Jonathan me dijo que si podíamos hablar, nos sentamos en la sala y me dijo - Princesa, perdóname por lo de ayer, fue un error, fueron celos, entiende que no quiero perderte, solo quiero hacerte feliz, no es mas-, le contesté lo mas frío posible -Aja, claro-, se le desencajó la cara y de un momento a otro comenzó a llorar, eso si me hizo sentir mal porque sabía que era mi culpa, que estaba sufriendo por mi y yo lo estaba tratando mal, que lo estaba odiando por ser así. Se me derritió el corazón y lo abracé, le dije -Recuerda que a pesar de que tengamos problemas y peleas siempre te voy a amar-, se limpió las lágrimas me dio un beso y un abrazo.
Me paré me puse un saco y salí a la plaza, eran las 2:50 así que aceleré un poco el paso y llegué a la famosa fuente a las 3:05, Diego estaba de espaldas, llevaba algo en la mano al sentir mis pasos dio la vuelta, tenia muchos morados en la cara, todos obra de Jonathan, volví a sentir rabia pero tuve que controlarme para evitar peleas después. Saludé a Diego y me dijo - Tengo que hablar contigo, es importante-, yo solo me dediqué a escucharlo así que le contesté un simple sí. Me explicó que tal vez si se había ganado esos golpes por estar hablando conmigo, que esos eran buenos celos que lo cuidara, que no volvería a hablarme, en ese momento le pedí que parara y le dije -Porque? Yo no soy una amenaza o si? -, el me respondió - No es cuestión de que seas una amenaza, entiende que no quiero dañar una relación, ustedes están comprometidos, eso ya es mucho mas fuerte que un noviazgo-, Diego tenía razón con eso así que lo dejé seguir hablando, a medida que seguía hablando iban cayendo lágrimas en mi pantalón, trataba de evitar seguir llorando pero era imposible. Finalmente no aguanté mas y lloré hasta quedar sin lágrimas, Diego solo podía mirarme con cara de dolor aunque no sabía bien porqué si apenas nos conocíamos, me dio un abrazo y me dijo que mejor me fuera a casa, me acompañó hasta la entrada y me dijo que luego hablábamos, le di un abrazo y se fue.
Cuando entré a casa Jonathan estaba sentado en las escaleras, me miraba fijamente y mientras iba entrando me dijo - Que estabas haciendo con el? Que tiene el que no tenga yo? Porque saliste a escondidas? Porque?-, yo me asusté con sus preguntas, su cara de sufrimiento era evidente, en sus ojos podía ver el dolor que sentía por mis mentiras. No sabía que decirle en ese momento porque sabía que si llegaba a decirle que me gustaba Diego rompería a llorar y yo sabía que estaba comprometida y no podía dañar todo tan rápido porque daría de que hablar tanto en mi familia como el la escuela, Jonathan era un buen chico y no podía botar todo a la basura por un simple "amor de verano" que se iría con el tiempo. Tenía que pensar en que iba a decirle a Jonathan, solo me quedé mirándolo a los ojos, hasta que logré decirle - Estaba pidiéndole disculpas por lo que hiciste, diciéndole que solo fue un ataque de furia y que todo está bien-. Su cara se relajó un poco y se levantó y salió corriendo, no entendí porque lo hizo pero no lo detuve, solo dejé que se fuera para que pudiera aclarar todo lo que estaba sintiendo.

A modo de esconderme del corazón

Capítulo 18
Me pregunté que querría Diego, apenas nos habíamos conocido, no se me hacia extraño que me mandara mensajes de texto, lo extraño es que eran 2. Abrí el primer mensaje y decía - No necesitaba golpes para saber que no puedo estar contigo, dile a tu novio que no debió ser tan agresivo, al fin y al cabo hasta nos conocemos. Diego -,  estaba sin palabras, no cruzaba ni una sola idea de que decirle a Diego en ese momento, debía pedirle disculpas? Sonaría muy clásico y estaba segura que lo alejaría y todo por el mal proceder de Jonathan que jamás había sucedido antes, él sabía que yo tenía amigos así que ese comportamiento se me hizo completamente extraño.
Estaba enojada con Jonathan pero su cara de tristeza me puso mal a mi y lo menos que quería en ese momento era pelear con el, decidí darle las buenas noches y salir a mi habitación. Al entrar pude leer con mas calma el segundo mensaje, tenía 30 minutos de diferencia con el otro, decía - Tal vez no quieras hablarme, pero quisiera verte para poder aclarar este gran malentendido que terminó a puños, respondeme por favor. Diego-, quedé pensando en responder ese mensaje, pero no sabía si sería buena idea verme con el, tal vez Jonathan lo malinterpretaria de nuevo y sería otra pelea, otro enojo mío, otra vez Jonathan con su cara de perrito regañado, eran demasiadas emociones para mi. Estaba lo suficientemente alterada con todo lo de esa tarde que era mejor dormir, deje mi celular en la cama mientras iba a cepillarme los dientes y a desmaquillarme al entrar a mi habitación la pantalla estaba prendida, fui a ver y era otro mensaje, me aleje de la cama y decidí ir a la cocina por una aspirina, tenía un dolor de cabeza muy fuerte desde que fui por Jonathan luego de tan hermoso show que hizo.
Mis padres estaban en la cocina hablando, entre como un fantasma, se quedaron mirándome a ver si les diría algo pero solo tome un vaso, cogí la aspirina me la tome y luego salí como si nada, quedaron atónitos porque ese no era mi comportamiento habitual pero no tenia ganas de discutir ni de hablar con nadie acerca de lo que había pasado hoy y tenia que guardar la compostura ya que sabia que en cualquier momento explotaría y quería dormirme antes de que eso sucediera. Al entrar a mi habitación mi celular estaba sonando, con aquella hermosa canción que había decidido poner para alegrarme antes de contestar una llamada, cuando vi quien era tiré el teléfono al escritorio y me acosté, traté de dormirme pero no pude, la ansiedad de contestar la llamada de Diego era evidente, intente otro poco hasta que vi que para mi era imposible y contesté. 
- Alo?
- Oye, perdón por el primer mensaje, estaba muy enojado.
- No te preocupes Diego, fue mi culpa, mi novio se volvió muy celoso y ya no puedo ni respirar sin que    el este molestándome.
- Uhm, de igual manera te debo una disculpa por el mensaje, debí ignorar a tu novio pero me pegó un puño muy fuerte y pues dolió bastante.
- Ay Diego, perdón por el mal comportamiento de mi novio, el no suele ser así, suele ser muy normal con mis amigos.
- Oye cambiando un poco el tema, podemos vernos mañana? Por favor!
- Pues Diego no se, depende donde sea, no quiero otro show de mi novio, con el de hoy fue suficiente.
- Si quieres nos encontramos en la fuente si no es mucho problema.
- Mmmm esta bien, pero a que horas?
- Que te parece a las 3? Es buena hora? O prefieres mas tarde?
- No, esta perfecto, pero lo que no se es porque quieres que nos veamos.
- Mañana te explico todo, vale?
- Jmm esta bien entonces mañana nos vemos a las tres.
- Okay, chao.
- Chao.
Me quedé pensando en si lo que iba a hacer mañana sería un error, pero si seguía así no dormiría, me quedé mirando al techo hasta que por fin me quede dormida. Era la madrugada y escuchaba un ruido en mi habitación, era alguien que había entrado no se a que a esas horas, con poca activación de mi cerebro encendí la lámpara, era Jonathan. Esta descalzo y con un pantalón de pijama de que me parecía tan lindo (yo lo había comprado). Lo primero que le pregunté fue que que estaba haciendo en mi habitación a esas horas, me contestó -Solo quería verte dormir, como ya no quieres ni hablarme solo puedo conformarme con verte dormir.-, lo primero que pensé fue que tal vez hacia eso para hacerme sentir mal pero también podía ser porque estaba arrepentido y eso era totalmente válido, mis ojos se llenaron de lágrimas y Jonathan me dijo - Princesa no llores, por favor.-, pero así lloré mas rápido, se levantó de la silla de mi escritorio, se sentó al borde de la cama apartando las cobijas, cogió mi cara y me dijo - Las princesas no lloran y menos tu que eres tan hermosa, perdóname por todas las cosas malas que he hecho últimamente, es solo que no quiero perderte.-, sus ojos reflejaban sinceridad y miedo y a la vez amor y ternura como cuando todo empezó, lo único que hice en ese momento fue besarlo y abrazarlo y así sentí como si para el tiempo, tal y como en el principio.

A modo de esconderme del corazón...

Capítulo 17
Busco las llaves de la casa entre mi maleta, hasta que finalmente las encuentro, me pongo la primera chaqueta que encuentro y me voy en busca de Jonathan, nunca había estado tan angustiada. Luego de un camino en el que no estaba ni pendiente de por donde iba caminando finalmente llego al café y esta ahí con un gran morado en su mejilla, varios rasguños y el labio reventado, hay varias personas que están esperando algo, aunque no se que es cuando me ven Jonathan grita - Es ella!-, todos suspiran aliviados y un hombre se me acerca y me dice - El es tu novio?-, yo respondo - No, es mi prometido-, el hombre se sorprende, claro esta que todo el mundo cuando lo cuento lo hace. El hombre me dice - Tu novio se peleó con un joven, con la excusa que te había llevado a casa, que eso no debería hacerlo-, me exalto y pienso en Diego.
Me acerco a Jonathan escondiendo mi furia y le digo -En que estabas pensando? Una pelea? Pensé que eras un caballero!-, tiene cara de cachorrito apaleado y entre sollozos me contesta - Amor perdona pero me dieron muchos celos cuando vi que te llevo a casa, ni siquiera conocía a tu amiguito-, por poco y le doy una cachetada, acaso no tengo derecho a tener amigos? No le encontraba nada de malo a eso, así como el tiene derecho a tener a sus amiguitas yo tengo derecho a tener mis amigos, que sea mi prometido no quiere decir que pueda controlar mi vida social, eso ya era pasarse de la raya.
Enfadada le digo secamente - Vamos a casa-, obediente se pone de pie y me sigue, el camino a casa fue con un incomodo silencio, llegamos a casa y le dije que subiera a su habitación que iba a preparar unas cosas para hacerle una curación, me obedeció y escuche sus pasos por las escaleras. Busqué un botiquín que mama normalmente guarda en la cocina y luego subí a su habitación. Estaba acostado en la cama acurrucado llorando como un pequeño y débil niño, escuchó mis pasos y se volteó, tenía los ojos rojos como si llevara llorando toda una eternidad.
Me acerco a el y le toco la mejilla, hace una mueca de dolor y luego me sonríe, pero sus ojos reflejan una enorme tristeza lo cual me pone mal a mi, abro el botiquín y pongo un poco de alcohol en un algodón y luego lo pongo sobre uno de sus rasguños veo que le arde un poco así que lo quito y cuando menos me doy cuenta sus manos están en mis mejillas y acerca su cara para que le de un beso, yo accedo y lo beso, extrañaba sus besos mas de lo que yo podía pensar, sus besos eran una de mis mas fuertes adicciones.
Esa tarde fue muy bonita luego de que le hice la curación ya que luego bajamos a la cocina y preparamos algo de comer, nos demoramos un poco porque nos pusimos a jugar pero al final logramos cocinar algo. Luego nos sentamos en la mesa y comenzamos a comer, estaba muy rico aunque fuera un revuelto de muchas cosas. Le hablé de lo que pensaba acerca de nuestra relación, que pensaba que se estaba terminando poco a poco y el aceptó que era cierto, que nuestra relación ya no era igual a lo que solía ser hace unos meses, así que logramos arreglar ese pequeño problema y seguir siendo felices.
Cuando llegaron mis papas y mi hermano, cenamos y nos quedamos hablando de todas las cosas que habían pasado ese día, de la cara de Jonathan y de mi examen. Luego subí a mi habitación y recordé que tenia otro mensaje de texto, podía ser alguna de mis amigas, o mis papas o mi hermanito, pero no, no era ninguno de ellos, aquel mensaje era del niño con el que me había cruzado hoy, Diego.